domingo, 31 de enero de 2021

(Ensayo) La idea de la unidad de Nuestra América en la Carta de Jamaica

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© La idea de la unidad de Nuestra América
en la Carta de Jamaica
© Carmen Bohórquez
Foto de portada: Jesús Madueño
Foto de la autora: Audio Cepeda.

Depósito Legal: ZU2020000156
ISBN: 978-980-18-1317-0
 

La primera edición del artículo apareció en La Carta de Jamaica
en el Siglo XXI. Aproximaciones críticas a un documento
bicentenario, publicado por el Centro Nacional
de Historia, Caracas, 2016, pp. 63-69.

 

Editorial Urgente
www.editorialurgente.com
editorialurgente@gmail.com

Carmen Bohórquez

Licenciada en Filosofía, egresada de La Universidad del Zulia. Cursó la maestría
en Filosofía en la Universidad de Michigan en los EE. UU. y el doctorado en Historia en la universidad La Sorbona, de París. Profesora emérita titular de La Universidad del Zulia y profesora visitante en universidades de Cuba y Salvador. Fue directora de la Escuela de Filosofía de LUZ y coordinó el programa de Maestría en Filosofía. Formó parte de la Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario de la Expedición Revolucionaria de Francisco de Miranda. Desde 2011 durante cuatro años fue Diputada a la Asamblea Nacional de Venezuela. Fue Coordinadora de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad desde su creación en 2005 hasta el 2017. Ha publicado varios libros en el campo de la filosofía y la historia, entre los que destaca Francisco de Miranda. Precursor de las Independencias de América Latina. Fue distinguida con la orden Francisco de Miranda, en su Primera Clase, otorgada por la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela y la orden Jesús Enrique Lossada, en su Primera Clase.

 


Las obras (fotográficas y pictóricas) fueron expuestas en La Estancia: "Bolívar Imagen y Símbolo Emancipador" (pintura, escultura e instalación) y "Nuestro Bolívar de Cada Día" (fotografía). Octubre 2011.



Por 
José Javier León
Entendemos mejor el dolor que la gloria. En el dolor -humano definitivamente- podemos pensar; en la gloria no; la gloria es irracional; sólo nos es dado admirarla; vería desde lejos, e inalcanzable; ver la gloria -siempre ajena- nos deja sin palabras; nos vuelve cosas y como cosas, insensibles. ¿No nos sembraron el culto a la gloria, las fiestas patrias de la oligarquía?
La gloria es un placer extático. Pasmo, súbito y fugaz. El dolor en cambio, y la tristeza son la certeza del cuerpo en el tiempo, su peso en el mundo. Sabemos por el dolor que estamos vivos. Y si la memoria está viva es precisamente porque duele.

Cuando la historia se convierte en memoria gana cuerpo y presencia. La memoria es el pasado vuelto presente, dolor encarnado; la historia, en cambio, vuelve el tiempo puro espacio. La memoria torna cuerpo el pasado, lo hace tangible, palpable, sensible. La historia no tiene más destino que escribirse y quien [la] escribe queda necesariamente fuera del texto. La historia es externa; la memoria, eterna.



La memoria pide la palabra y se hace con palabras que discurren. Y si no son de aire sino escritas, se desprenden del texto; gravitan. La ráfaga de humanidad no construye cultos ni templos, se queda a ras de vida. Ese desprecio por lo fijo, lo aprovecha el Poder para levantar efigies en piedra o bronce. La memoria oficial borra los cuerpos y su presencia casi humana para imponer el respeto mudo, la imagen vacía de los héroes. La memoria del poder se construye con duros materiales porque su sueño es la petrificación. No hay poder eterno, [vana ilusión], pero el poder sueña la eternidad y la reclama para sí, remedándola en la finitud de la materia.

No cabe duda de que los raptos de humanidad profunda existen y se expresan en las distintas formas que en la cotidianidad asumen las imágenes de los héroes y las heroínas, éstas por cierto hace rato más cerca del pueblo que de la historia oficial. Menos madres votivas que lanzas aguerridas.

Las multiplicadas réplicas copian el gesto heroico, el perfil mayestático, la medalla, la apostura celestial, la mirada y la frente altivas, serenas, infinitas. No importa la calidad del artista o de la obra, el gesto en esencia es el mismo, el cuerpo se yergue vigoroso y el pecho ostenta plenitud. Las formas de la eternidad se reproducen incluso en baratijas: los mismos ojos negros atraviesan el tiempo y nos interpelan.

Aparece Bolívar para decimos, pese a la distorsionada historia oficial que alabó las formas despóticas del poder, que ciertos hombres y mujeres existieron y dieron sus vidas -y lo perdieron todo- por la Patria -venciendo el olvido-. Las oligarquías volvieron piedra el recuerdo de los Padres de Todos y abusaron de sus nombres para rubricar fingidamente sus destinos, para crearse abolengos heroicos. Fueron también los más decididos a borrar la humanidad, los dolores, los sacrificios y pesares de quienes se volvieron, porque la vida es pertinaz, rumor secreto, digna rabia de los pobres.

Cuando su humanidad, cuando el Bolívar de carne y hueso, el que atravesó el continente afiebrado, conmoviendo ejércitos de desharrapados para dar cumplimiento a lo que parecía imposible. Cuando lo vemos compartir la soldada y la soldadesca. Cuando lo vemos caer y levantarse, comprender y avizorar el futuro. Cuando definitivamente aparece cada cien años, es porque los pobres lo invocan, porque se hace coro en las bocas.

Cada tanto, el nombre de Bolívar vuelve en los rostros curtidos de los olvidados de esta tierra la misma que tantas veces cabalgó trajinando su sueño de Patria Grande. Cada tanto, baja, literalmente de la piedra, del bronce, del recuerdo pétreo de las oligarquías y de sus papeles oficiales. Pero sabemos con una certeza de hierro, que su nombre no será utilizado
nuevamente en vano -y burlado- por aquellos que desde 1830 celebran su «muerte». Para ellos Bolívar no volverá a nacer. Con la misma fuerza no obstante, sospechamos que su nombre, hoy, de boca en boca en la América morena, en Nuestra América, en la insurgente Abya Yala, con la misma fuerza que reclama nacimiento, nos acompaña en su esfuerzo de seguir vivo y, a nuestro lado lucha.

Su lucha como aquella, es la nuestra, y de nuevo pende sobre la historia hecha memoria el apotegma de Walter Benjamin: «ni los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence».

¡Necesario es vencer! 
 
Publicado en el blog de José Javier León

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sábado, 30 de enero de 2021

(Cuento) La oscuridad, de Ana Cristina Bracho

Portada de la versión impresa que será presentada en el marco de la Filven 2023

https://drive.google.com/file/d/15Sfxi1h-3jDToVyVIUJiLBa6v-eYG8-C/view?usp=sharing


©️ La Oscuridad
Autora: Ana Cristina Bracho
Fotografía de portada: Bárbara Muñoz Porqué
Foto de la autora: Horacio Raydán
Diseño y montaje: José Javier León

República Bolivariana de Venezuela
Depósito Legal. DC202000167
ISBN: 978-980-18-0967-8
Isla Dorada. Maracaibo, 2018
Editorial Urgente
 
 
 
 
 Ana Cristina Bracho, Maracaibo, 1986 
Escritora y abogada. Columnista en diarios de circulación nacional. Formó parte del Círculo de Jóvenes Escritores del estado Zulia en el 2002 y en el año 2013 presentó su primer poemario llamado "Versos Incómodos”. En el 2009, fue Ganadora del Concurso Antología del Libro Radial en la Categoría Poesía de la Librería Mediática en el contexto del Sexto Concurso Anual de la Librería Mediática Radio Nacional de Venezuela. Fue seleccionada en el 2017 para ser parte de una antología latinoamericana de poesía denominada Entrepueblos, poesía de Nuestra América. Editada por EDULP, Editorial de la Universidad de La Plata en marzo de 2018. Obtuvo un accésit en el IV Certamen SIERRA DE FRANCIA de Relato, Poesía y Fotografía de 2018 por la selección “Despedida”. Seleccionada para participar en la edición especial de la Revista Heraldos Negros de Ciudad de México por los 50 años del 68. En 2019, obtuvo el Premio Opinión en medios digitales del Premio Aníbal Nazoa 2019.
 
 
 
"Me gustan las grietas de la pintura envejecida.
Y las marcas del sol -Barrio Yungay-"
Grietas en los muros de Antigua.
Capas de pintura, corrosión solar, ruina y fulgor, formas aleatorias del tiempo.

Bárbara Muñoz Porqué.

Investigadora venezolana residente en Bogotá, interesada en los diálogos entre la filosofía y la estética contemporáneas. Analiza las representaciones del arte latinoamericano a partir de obras y casos que reinterpretan los archivos y se apropian de estrategias del coleccionismo, intervienen el espacio museográfico y construyen formas discursivas con las que se piensa la identidad. Es Doctora en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte de la Universidad de Chile (2018), Máster en Antropología Visual de la Universitat de Barcelona (2008) y Licenciada en Letras de la Universidad del Zulia (2005). Desde el 2016, es profesora del Departamento de Diseño de la Universidad de los Andes. Ha participado en eventos académicos y publicado textos sobre arte y filosofía, algunos de ellos disponibles en https://barbaramunozporque.academia.edu/.

*La imagen de la portada forma parte de un ejercicio fotográfico publicado junto al resto de la muestra en http://barbarampdiplomado.blogspot.com/2009/11/blog-post.html?m=1
 








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viernes, 29 de enero de 2021

(Cuentos) Días de morir

 


© Días de morir
© Yldefonso Finol
Foto de portada: Guary Otero
Diseño y montaje: José Javier León
editorialurgente.com
@editorialurgente
Depósito Legal: ZU2020000140
ISBN: 978-980-18-1264-7
Maracaibo, 2020


Presentación


Contrario a lo que parece, estas historias hablan de la vida. Si la muerte aparece en ellas, por casualidad, es pura coincidencia: sin mala intención. Las vidas tratadas son verdaderas. Ellas quedaron atrapadas en el siglo anterior, más parecido a su antecesor que a éste que ni voltea para verlos. Porque estas muertes transcurrieron cuando las cosas sucedían en el plano de lo real. Fueron escritas (¿o debería decir “serán contadas”?) por varios autores, algunos de los cuales aparecen allí como víctimas, cuando no lograron evadirse en medio de la narración. Para que se sepa que la gente triste, perseguida, relegada, extraviada, también es protagonista. Estos relatos muestran un mundo de sentires, presentando la mirada de quien no puede quedarse indiferente. En cada crónica viven la sensibilidad y el compromiso, aunque ya sabemos que estos bienes no se venden, por lo que nos aferramos a su herética vigencia con la terquedad de los viejos cujíes. Si escribir puede ser un oficio de vanidades y egolatrías, donde el afán de los orfebres de la palabra se complace en la estética –que no en la ética­ del discurso, es preferible arriesgar el pellejo empuñando un lápiz que ara en la arena los tesoros de la compasión. Estos cuentos nacieron en el último lustro del segundo milenio, acaso rozando el ecuador del hemisferio temporal que emergió con su promesa de futuro. Algo denuncian de lo que arrasa la parca a su paso por la fragilidad de los humanos.

Yldefonso Finol


 

Yldefonso Rafael Finol Ocando es nativo del Moján (Espíritu de la Aguas), un pueblo mestizo descendiente de los añú originarios del Lago Maracaibo (Tinaja del Sol), que está ubicado en la desembocadura del río Macomite (actualmente río Limón), frente a Isla de Toas (Piedra Caliza). Es economista egresado en 1985 de La Universidad del Zulia. En el periodo 1988-1989 realiza estudios político-ideológicos en la Escuela Superior del PCC “Ñico López”, en La Habana. Investigador autorizado en los Archivos Históricos de España desde 1996. En 2004 obtuvo un Diploma de Estudios Avanzados en Historia de la Universidad de Salamanca; es experto en Geopolítica de Fronteras, Derechos Humanos y Derecho Internacional de Refugiados, e investigador de temas etnohistóricos y decoloniales. Actualmente es el Cronista Oficial de Maracaibo. Ha publicado los poemarios Como la raíz del mangle (1997), Décimas para acercarse al Universo (2001), Canción de la Isla (2006), Panfletos del Ñángara (en digital 2013); y los ensayos Tiempo de Constituyente (1998), La falacia imperialista de los Derechos Humanos (2006), Constituyente: memorias del despegue revolucionario (2010), Nacimientos y renacimientos de Hugo Chávez (2011), El Socialismo del Siglo XXI: definiciones y particularidades del proceso venezolano (2012), La infundada "fundación" de Maracaibo (2015), Añun nukukarú. El libro del pueblo añú (2016), y La Doctrina Bolivariana (2019). También publicó los relatos “El cacique Nigale y la ocupación europea de Maracaibo” (2001), “Náufrago de cinco siglos” (2009), y “La Secta” (2011)

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jueves, 28 de enero de 2021

(Poemas) No puede ser que la lluvia me tenga matando hormigas

https://drive.google.com/file/d/1Y9ivmdYNUCHuL010zfZoD-j5ELgiROOz/view?usp=sharing
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© No puede ser que la lluvia me tenga matando hormigas
© Julio Alberto Puche


Diseño y Montaje electrónico
José Javier León
Ilustraciones
Oscar Sotillo
Foto del autor
Bárbara Muñoz Porqué
Editorial Urgente
www.editorialurgente.blogspot.com
editorialurgente@gmail.com

Depósito Legal
ZU2020000059
ISBN
978-980-18-1093-3


Después de tantos años hoy sale al público No puede ser que la lluvia me tenga matando hormigas, de mi querido hermano Julio Puche. Estos poemas los conservé junto a otros papeles, desde los lejanos días de la Escuela de Letras. Con un grupo de amigos y amigas, por los 90, hacíamos la revista In Fabula, y de alguna manera por el hecho de que yo animaba y empujaba la publicación, quedaban en mis manos los originales. Así sucedió con el luminoso poemario de Francisco Godoy que se convirtió en el libro Oscuras páginas del viento. Otros, inéditos, conservo con mesura religiosa. Estos poemas de Puche, queridos por todos y todas, leídos en el furor nostálgico de aquellas noches, se quedaron conmigo y por años acaricié la posibilidad de publicarlos. Ha llegado la hora en la forma de este proyecto Editorial Urgente que con ediciones como esta va adquiriendo la forma que deseo, una en la que captura, toma, selecciona, guarda, el día a día atravesado por la memoria y las formas que desaparecen. Así, cuando vi en las redes unas series de dibujos, pinturas, collages de Oscar Sotillo, recordé los poemas en sus páginas amarillas, escritos a máquina, con tachones y corrector y como un albur vi el libro como si los versos hubieran hallado una suerte de molde en abstracto. Y comencé el diseño... No tiene claro está, nada de extraordinario, pero sé porque lo he vivido, que estos poemas tienen la gracia de lo que fuimos y persiste en nosotros, en forma de amistad y amor por las cosas leves que se han hecho recuerdo y rescoldo. Llegue hasta ustedes este libro, urgentemente dilatado.
José Javier León

Julio Alberto Puche.
Maracaibo, 1973. Egresó de la Escuela de Letras de La Universidad del Zulia en 2007. Tiene un Diplomado en Cultura de Paz y es estudiante de la Maestría en Filosofía de la Guerra que dicta la ISEOFANB. Colaborador en los '90 de la revista In Fabula. Obtuvo el Premio al Estímulo Literario "Andrés Mariño Palacio" mención narrativa (2004) y el segundo premio del concurso "La Grapa Literaria" (2006). Ha publicado Sortilegio del invisible (Ediluz, 2005), Historias parecidas, distantes y distintas (Suburbio Editores, 2005), Imprecaciones
(Nobilunios, 2016). Docente Especialista y Facilitador en las áreas de formación de PDVSA.



Oscar Sotillo. Poeta, artista plástico, editor e investigador cultural. Fundador del Colectivo La Mancha en el año 2003. Fundador y promotor del Festival de Poesía Realenga. Es licenciado en Artes Plásticas mención pintura por la Universidad Experimental de las Artes UNEARTE, y egresado de los talleres de Arte de la Universidad Simón Rodríguez. Tienes varios libros de poesía editados, ha sido columnista de varias publicaciones venezolanas. Ha sido Director General de Producción de Contenidos del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Comunicación, MINCI. Director General del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio, IARTES y dos veces curador por Venezuela en la Bienal de Venecia. Fue Viceministro de Identidad y Diversidad Cultural. Militante a tiempo completo de la poesía, el arte y la belleza.


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Las lombricitas, poema de Aquiles Nazoa

 


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© Aquiles Nazoa
© Las Lombricitas

Ilustraciones:
Veruscka Cavallaro Orence

Depósito Legal: ZU2020000109
ISBN: 978-980-18-1208-1

Editorial Urgente
www.editorialurgente.blogspot.com
@editorialurgente

Colección: AquilesNazoa. A 100 años de su nacimiento
Autopista del Sur: Canal en You Tube:
https://www.youtube.com/channel/UCUJMYOvBNoOHQA0_m1k0srw/

 

 

 

Las lombricitas

Mientras se oía
desde una rosa
la deliciosa
marcha nupcial
que con sus notas
creaba un ambiente
completamente matrimonial.

Dos lombricitas
de edad temprana
cierta mañana
del mes de abril
solicitaron
en la pradera
al grillo, que era
jefe civil.

Al punto el grillo
con dos plumazos
ató los lazos
de aquel amor.
Las lombricitas
se apechugaron
y se mudaron
para una flor.

Tras una vida
dulce y risueña,
con la cigueña
las premío Dios.
Y cuando abrieron
las margaritas,
las lombricitas
ya no eran dos.

La primorosa
recien nacida
pasó la vida
sin novedad.
Y al cuarto dia
de primavera
ya casi era
mayor de edad.

Quiso ir entonces
a una visita,
y su mamita
le dijo:-¡No!
Mas de porfiada
salió a la esquina
y una gallina
se la comió.

 

Ilustradora

 

Veruscka Cavallaro Orence es una maracucha que se desempeña como guionista, escritora y realizadora de televisión. En su quehacer por la televisión pública venezolana tiene muchas alegrías que contar, sobre todo de su tiempo en ViVe Tv; pero donde más disfrutó y amó trabajar fue en 1,2,3 TV, el canal de los niños y niñas de la patria bolivariana. Hoy, casi como parte de un azar maravilloso, está dibujando e ilustrando cuentos infantiles; los de ellas y los que los amigos le pidan a bien imaginar.

Foto: Aquiles Cavallaro.

 Video Libro del poema
Las Lombricitas  


Para un acercamiento al autor, leamos fragmentos de una semblanza escrita por Laura Antillano, publicada en el diario Ciudad Valencia*

Llegando a Valencia de la mano de Aquiles

"... Y mis primeros días de instalación en Valencia no puedo dejar de recordarlos sin su presencia. Llegué a vivir en la calle Comercio de San Blas y no conocía nada. Aquiles se empeñaba en que camináramos para que aprendiera a orientarme y disfrutara de mi nuevo entorno urbano, tan diferente a Maracaibo.
Entonces recuerdo que en esos paseos él no podía ver una casa con jardín, que estuviera solitaria en su espacio externo, porque me hacía entrar, en su compañía, con mucha mesura y vigilancia, sencillamente para tomar florecitas del lugar, que con frecuencia eran trinitarias en enredaderas, o flores de berbería de diferentes colores, lo hacíamos y salíamos apuradísimos, evitando cualquier encuentro innecesario.
Se divertía con las cosas más sencillas y me enseñaba a mirar los detalles de las calles y la gente en su empeño por mi adaptación a la nueva ciudad"
(...)
"Su labor constante en la investigación de la historia, las costumbres del país, el lenguaje y sus usos diversos, la formulación de modismos populares, le llevaban a incorporar a su hacer creativo un sinnúmero de expresiones y construcciones, a veces humorísticas, que pronto se convertían en parte de los asuntos más buscados por los venezolanos que incursionábamos en su obra.
Posteriormente tuvo, y tendría por mucho tiempo, muchas otras razones para vincularse a Valencia..."
Y lo que hacía Aquiles con Carabobo lo hacía con muchos otros lugares de Venezuela, porque si alguien amó a este país fue precisamente él.
Por eso nos resulta de gran importancia que Venezuela celebre sus 100 años con eventos en todas partes y recordando su obra, retomando sus palabras y haceres, porque si algún intelectual del siglo XX lo merece es precisamente Aquiles Nazoa."

@laurantillano

Ver la semblanza completa en http://ciudadvalencia.com.ve/llegando-a-valencia-de-la-mano-de-aquiles/

 


Aquiles Nazoa


El 17 de mayo de 1920 nace en Caracas, Aquiles Nazoa. De familia humilde, tuvo que trabajar para ayudar al sostén de la familia como aprendiz de carpintero, telefonista, botones, pero en el año 1935 consiguió ser empaquetador en el Periódico «El Universal», donde aprendió a corregir pruebas y tipografía. Autodidacta consumado se esmeró por aprender el inglés y el francés, y consiguió ser en 1938 uno de los guías en el Museo de Bellas Artes. Como periodista estaba atento a los padecimientos sociales, hasta el punto de una vez ser encarcelado por criticar al gobierno que desatendía la malaria. Mantuvo una columna titulada "Por la misma calle" y en el periódico «Últimas Noticias» redactaba poemas de humor con el seudónimo de Lancero, además se une al semanario «El Morrocoy Azul». En 1945 publica El Transeúnte Sonreído y en 1948 recibe el Premio Nacional de Periodismo, en el área de escritores humorísticos y costumbristas. En el año 1950 pública los libros El Ruiseñor de Catuche y Marcos Manaure. En 1955 se exilia a causa de la dictadura. Tres años después regresa al país, y publica un libro de poemas titulado Caballo de Manteca que da pie a la edición en 1970 de Humor y Amor. Entre sus estudios destacan Cuba de Martí a Fidel Castro de 1961 y Caracas, Física y Espiritual de 1967, con la que consiguió el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal. En 1966 realiza una compilación llamada Los Humoristas de Caracas, luego en el transcurso de los años 70 pública La Vida Privada de las Muñecas de Trapo y Raúl Santana con un Pueblo en el Bolsillo. Condujo el programa de televisión Las Cosas más Sencillas. Muere el 25 de abril de 1976, en un accidente automovilístico.



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domingo, 3 de enero de 2021

ZULIA BICENTENARIO. Crónicas fundamentales de la región del Lago Maracaibo

 


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© Zulia Bicentenario. Crónicas fundamentales de la región

del Lago Maracaibo

© Yldefonso Finol

Portada: Ana Nuñez

Imagen de portada: Concepto y diseño Yldefonso Finol

Ilustración del Cacique Nigale: Leonel Muñoz

Depósito Legal: N° ZU2021000019

ISBN: 978-980-18-1654-6

Editorial Urgente

www.editorialurgente.com

IG @editorialurgente

TW @editorialurgent

Maracaibo, enero de 2021


 

 
Yldefonso Finol Ocando (El Moján, 09-11-1959)
 
Escritor e historiador. Graduado de Economista en 1985 en La Universidad del Zulia. Diploma de Estudios Avanzados de la Universidad de Salamanca en el área de Historia Contemporánea. Investigador certificado de los Archivos Históricos de España desde 1996. Servidor público en diversas responsabilidades, presidió la Corporación de Turismo del Estado Falcón (2004-2008) y la Comisión Nacional para
los Refugiados (2009-2017). Garante por Venezuela en los Diálogos de Paz del ELN con el gobierno de Colombia (2017-2018). Ha realizado una intensa investigación en etnohistoria y descolonización. Es considerado el historiador del Pueblo Añú originario del Lago Maracaibo, del cual es descendiente y convivió directamente durante su militancia política desde la década del 70. Formó parte del Comité Organizador del Primer Encuentro Nacional Indígena de Venezuela en 1979. Como diputado estadal presidió la Comisión de Fronteras y Asuntos Indígenas, acompañando las luchas de las comunidades autóctonas del Zulia, con quienes aprendió sus formas de vida y cosmovisión. En esa gestión propuso una pionera Ley de Pueblos Indígenas del Zulia que fue bloqueada por los partidos del Pacto de Punto Fijo y el gobierno regional de turno. Miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, se involucró activamente en el debate sobre los derechos de los pueblos indígenas. En 2001 su obra El Cacique Nigale y la ocupación europea de Maracaibo, reeditada en 2007, despertó conciencia en miles de zulianos sobre sus orígenes y la épica añú, rescatando de la invisibilidad a este héroe originario. En materia de toponimia recientemente descifró el significado de Maracaibo (Tinaja del Sol), y otras locaciones del pueblo añú como Moján (Espíritu de las aguas), Zapata (Mi mar salado), Toas (Cerro de caliza) y Paraute (Ser del agua). En los últimos años ha dedicado muchos esfuerzos al estudio de la gesta y la Doctrina del Libertador Simón Bolívar. Distinguido con la Orden Cacique Nigale de los municipios Padilla (2014) y Maracaibo (2018), y Gran Cacique Nigale por el Consejo Legislativo del Zulia y Pueblo Paraute del municipio Lagunillas (2019). Por todos sus aportes a la Historia Patria, el 6 de septiembre de 2019 fue designado Cronista de Maracaibo.

 


Proemio

Desde hace un tiempo ha madurado en mí la convicción de que los pueblos que pierden conexión con su ancestralidad, son presas fáciles del colonialismo cultural, que es la llave para todas las formas de dominación extranjera. No puede sentir verdadero patriotismo quien no tiene de su historia más que unos aislados datos festivos. La mediocre noción de historia del promedio de la ciudadanía es un atentado contra la Independencia, y contra el derecho humano a tener Patria, el más importante en tiempos del imperialismo.

Si no hay un conocimiento fundamental de la épica nacional, no hay estima por nuestros orígenes y se debilita el sentido de pertenencia a un gentilicio heroico. Así, la Patria no es más que una marca de uso ocasional, más asociada al fanatismo por un equipo deportivo que a una telúrica querencia raigal.

La batalla crucial para seguir existiendo como República soberana ocurre en el plano de lo simbólico. Si no asumimos con urgencia la enseñanza del valor histórico de la venezolanidad, masificándolo a través de la educación y las comunicaciones, luego será tarde y lamentaremos la flojera intelectual y la falta de voluntad política para haber cumplido esta tarea vital para la Patria. Los Bicentenarios de este 2021 son una oportunidad única que no deben despacharse con un saludo a la Bandera, ni reducirse a ritos de mármoles y corbatas.

Los mitos alienantes heredados del colonialismo constituyen ideologías para la sumisión de clase, practicadas en una cotidianidad plagada de cultos a los antivalores: el individualismo, el egoísmo, el consumismo, lo extranjerizante, lo estéticamente kitsch, lo éticamente desviado. La exaltación de la ignorancia como arrogancia empoderada. La supremacía del acomodo a la opulencia mal habida.

Luchamos contra la opresión colonial como base donde se sustenta el poder imperialista, en relaciones de subordinación que eternizan el atraso científico y la dependencia. Son dos frentes que debemos combatir a la vez: la castrante herencia colonialista, subyacente en el discurso histórico y religioso dominante, y la apabullante recolonización imperialista, trajeada de globalización neoliberal, con mil tentáculos en todas las tecnologías comunicacionales y la industria ideológica del “entretenimiento”, especie de domesticación masiva de seres humanos para convertirlos en mansos devotos del mercado.

II

La segunda idea que acompaña esta reflexión, es considerar que la mayor riqueza de Venezuela no es el petróleo ni el oro ni siquiera su impresionante potencial turístico: la mayor riqueza de Venezuela es su historia.

El bolivarianismo es una doctrina vigente como proyecto esencial de la independencia nacional, el anticolonialismo, la igualdad social, el equilibrio internacional, la construcción de ciudadanía, la ética pública, y el buen gobierno.

Ningún chantaje reaccionario debe impedir que nuestra infancia y juventudes sean educadas en este pensamiento libertario venezolano de valor universal. El estudio de nuestra historia patria desde la ancestralidad nos hará fuertes de espíritu y unidos en una pertenencia-querencia colectiva capaz de emular las proezas de la generación libertadora.

III

Dicen que no se puede cambiar la historia; y pareciera una perogrullada si nos limitamos a entender la historia como los acontecimientos ya consumados en el pasado. Pero la palabra historia encierra otros posibles significados que derivan en acciones humanas conscientes si desentrañamos sus intrincadas posibilidades.

En primer lugar, la historia como ciencia que estudia los procesos en el tiempo, no tiene un solo enfoque. Como hechura humana tiene diversas lecturas. También relecturas. Reinterpretaciones. Visiones críticas dentro de la propia historiografía. Posturas antagónicas ante un mismo fenómeno. Por citar un solo ejemplo: la llegada de los europeos a nuestro continente es considerada por la historia oficial tradicional como “descubrimiento” y su asentamiento en determinados lugares como “fundación”; nuestro punto de vista es radicalmente opuesto a esa “historia”, para nosotros se trató de una invasión y un genocidio.

Un enfoque justifica la opresión, el nuestro propone la liberación. Del primero se proyecta la sumisión, del nuestro se convoca la revolución.

Algo mucho más trascendente: la concepción revolucionaria de la historia, no se limita en formar eruditos repetidores de las viejas crónicas y leyendas; nuestra tarea es el estudio intenso y profundo para comprender los procesos históricos, y a partir de esa apropiación colectiva del conocimiento, asumir el rol de transformadores de las realidades opresoras, esclavizantes y embrutecedoras.  

Entonces, la historia pasada no se podrá cambiar como hecho, pero sí se puede cambiar su interpretación. No tenemos por qué aceptar los dogmas de una historiografía que pretende imponer un único relato, justificador de los imperios, la supremacía cultural eurocéntrica-patriarcal y la explotación capitalista.

¡Claro que podemos cambiar la historia! ¿Acaso no son los pueblos quienes la hacemos?

Conozcamos a fondo nuestra historia patria, para que seamos capaces de construir una nueva historia para nuestra Patria. 

 

Yldefonso Finol


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